El árbol del pomelo -o también conocido en algunos lugares como pomelero- es la planta encargada de producir uno de los cítricos más apreciados y más consumidos: el pomelo.
El pomelo es una fruta híbrida, mezcla entre la naranja dulce y el pampelmusa y tiene un característico sabor agridulce. Se consume sobre todo en Estado Unidos, América del Sur e Israel.
Cultivo del árbol del pomelo
Suelo
El árbol del pomelo necesita suelos de tipo arenoso, donde pueda desarrollarse de forma óptima. Requiere suelos donde la salinidad no sea alta y no haya caliza. Lo recomendable es suelos con un ph entre 6 y 7.
Temperatura y humedad
En cuanto a la temperatura necesita que sea cálida para una óptima maduración. Este árbol subtropical no aguanta muy bien el frio, y aún menos las heladas. La humedad relativa influye en la forma que obtiene el propio pomelo: mientras en climas tropicales tiene forma aplanada, los de zonas áridas son más redondeados.
Apariencia del pomelero
En cuanto a su apariencia, el árbol del pomelo es de los más vigorosos dentro de los cítricos. Mide de 5 a 6 metros., es perennifolio, su tronco es corto y su copa compacta.
Las hojas del pomelero son simples, ovaladas y finamente dentadas. Miden entre 7 a 15 centímetros de largo. De superficie coriácea y color verde oscuro por el haz.
Sus flores son grandes y de color verdoso y su fruto, el pomelo, puede tener muchas variedades, siendo las más apreciadas para su consumo el pomelo rosa y el pomelo blanco.
Cuidados del árbol del pomelo.
Luz y viento
El pomelero es un árbol que no exige unos cuidados demasiado específicos o básicos para que se desarrolle y pueda dar frutos de los que disfrutar. Uno de los factores a tener en cuenta para el desarrollo y crecimiento del árbol del pomelo es la luz. Es necesario que el árbol este situado en un lugar donde pueda recibir la luz del sol durante la mayor parte del año.
Es imprescindible que esté protegido del viento , ya que es un árbol delicado en este aspecto. Como todos los cítricos, el árbol del pomelo soporta muy mal las bajas temperaturas y las heladas. Temperaturas inferiores a los 3 grados conllevan que el árbol muera.
Riego del pomelo
En cuanto al riego hay que tener en cuenta que en las estaciones secas como el verano hay que regarlos abundantemente. En caso de haber sido trasplantado hace poco o estar en fase de arraigar también se debe de aumentar su riego. Hay que evitar el encharcamiento para que las raíces no se pudran. Una forma de comprobar si la humedad del sustrato es la adecuada consiste en introducir un palito de madera en la arena; así si sale limpio es porque está la tierra seca y se puede regar. En el mercado existen medidores de humedad para este fin.
Abono del árbol del pomelo
Se recomienda abonar la tierra desde el inicio de la primavera hasta final del verano o comienzos del otoño. Lo más aconsejable es usar abono orgánico como el estiércol, humus de lombriz o guano.
Trasplante
Si tenemos el árbol en una maceta y lo queremos pasar al jardín o a una maceta mayor la mejor época es en primavera, ya que disminuye el riesgo de heladas y la temperaturas aun no son demasiado altas. El trasplante a macetas se debe realizar cada dos años.
Poda
Para que el pomelero crezca sano es necesario realizar una poda a finales del invierno, eliminado así las ramas enfermas y débiles antes de reanudar su crecimiento con la primavera. Darle a la copa forma de vaso, y limpiar el centro para que la luz pueda llegar a todas las ramas es muy importante. Hay que tener en cuenta que la poda va a repercutir directamente en la producción de la cosecha por lo que en caso de podar en exceso los frutos disminuirán en cantidad.
Enfermedades y plagas que pueden afectar al árbol del pomelo.
Saber diferenciar las distintas plagas que puedan afectar a nuestro árbol del pomelo es importante para sanar esta planta. Las más comunes son :
- Araña roja. Se trata de ácaros de 0,5 cm que se alimentan de las hojas, donde acaban apareciendo unas manchas pálidas. El aceite de neem es un buen método para combatirla. También el jabón potásico. Cochinilla algodonosa. Su alimento es la savia de las hojas, debilitando a la planta. El tratamiento es con aceite de parafina, o retirándolas con un bastoncillo de los oídos humedecido el alcohol.
- Minador de los cítricos. Con este nombre se conoce a las larvas de los insectos que viven dentro de las hojas, alimentándose de las células de la planta, produciendo unas manchas alargadas. Hay que tratar la zona con aceite de neem y cortar las partes afectadas.