La mano de Buda


La mano de buda es el curioso nombre que recibe un cítrico cuyo árbol podríamos confundir con un pequeño limonero, pero al fijarnos en su fruto apreciamos de inmediato las diferencias. Lo más característico es, a simple vista, su forma; pero con solo tocarlo se puede observar otra peculiaridad y es que el aroma queda impregnado a la piel.





Su fruto posee unos brotes que se asemejan a dedos colgando de una mano. Su piel, gruesa y de color verde a amarillo según vaya madurando, posee una fragancia que la hace única y muy apreciada en diversos usos.





Con esta extraña forma y la especial fragancia que posee podríamos pensar que es un árbol producto de algún cruce o alterado por la acción humana, pero no es así, es una cidra creada por la naturaleza.





Sus usos han ido variando con el tiempo. Los budistas lo usaban en ceremonias religiosas. Usado como ofrenda por chinos y asiáticos en los templos. Esta ofrenda era para los dioses; el ofrecimiento consistía en partir la fruta para que desprendiera mejor su aroma y así se impregnara la sala. Para la religión budista la mano de buda significa riqueza, felicidad e incluso longevidad. Su nombre le viene precisamente por su semejanza con unas manos en actitud de oración, y los ejemplares más cotizados son los que tienen forma de mano cerrada, con los dedos entrelazados, ya que según parece, Buda prefería la mano con los dedos apuntando hacia adentro a la forma de mano abierta, ya que la primera invocaba o recordaba al rezo u oración.





La importancia en la fragmentación final de los dedos, hacia dentro o hacia fuera, hace que los ejemplares se coticen mejor, se venden a mayor precio los frutos de dedos cerrados; su razón es puramente simbólica, ya que en estos ejemplares no se ven alteradas ni mejoradas las características en olor y sabor.





Existe constancia de que ya en la época romana, este fruto procedente del sudeste de la India, era conocido y apreciado por este pueblo. Fueron los primeros en documentarla y la usaban principalmente para usos medicinales hasta que descubrieron que también podía ser un buen ingrediente en la cocina a pesar de que su pulpa es fuerte y su sabor, a veces, muy ácido.





Otra de sus peculiaridades se encuentra en que es un cítrico sin jugo, sin apenas semillas (hay variedades que carecen totalmente de ellas) ni pulpa. Da la sensación de ser solo cáscara y es precisamente ahí donde se encuentra su sabor y aroma, con flexionar simplemente un dedo se puede ambientar una habitación. La ausencia de semillas se debe a que es un fruto cuya flor no se fecunda, su pistilo es estéril. Un fruto abortado como se le llama en estos casos. La parte blanca o albedo, que es justo la que se encuentra bajo la piel suele ser amarga en los cítricos, pero en el caso de la mano de buda el sabor recuerda al de la manzana verde, y una de las deliciosas formas de comerla es a la plancha.





Su sabor cítrico proviene de su amarilla piel, y se puede describir como un sabor intenso a limón, azahar y lavanda. Esta piel o cáscara caramelizada, macerada o bien secada y triturada puede destinarse a numerosos usos culinarios, al añadirse a helados, alcoholes, pasteles, caldos e infusiones, además de formar parte de riquísimas recetas de cocina. En los últimos años se ha convertido en ingrediente en la elaboración de cócteles, donde los combinados que la llevan se han hecho muy populares. Pero también es posible comer su piel directamente algo que la diferencia de otras frutas cítricas. En ensaladas resultan espectaculares, y sus hojas aportan un peculiar sabor en los alimentos cocinados al vapor.





La mermelada confeccionada con esta fruta tiene distintas aplicaciones en cocina, tanto como acompañamiento de alimentos dulces como de los salados. Puede servir tanto para glasear carnes de ave como de acompañamiento a los pescados, por citar algunos de los usos de esta mermelada. Únicamente untada en pan ya se convierte en una explosión de aroma y sabor, y combinada con bizcocho el resultado es de lo más sencillo y sabroso para meriendas y postres.





Algunas recetas con un buen acogimiento donde esta fruta está presente son: mojito con mano de buda, tartaletas con mano de buda, foie fresco con chutney y mano de buda, macedonia de frutas con mano de buda, caramelos de mano de buda, costillas en escabeche con mano de buda y té de mano de buda.





En definitiva se podría decir que todas las recetas culinarias donde el limón es un ingrediente principal se ven beneficiadas al sustituirla por mano de buda, ya que además de la esencia cítrica aporta el floral del azahar teniendo un resultado muy apreciado al paladar.





Con estas propiedades aromáticas está claro que su utilidad no solo se extienda a la cocina. Su esencia concentrada sirve para la elaboración de perfumes. Si ya de por sí desde hace cientos de años se ha usado como aromatizador para el ambiente (con solo tocarlo ya impregna de su olor) su uso industrializado para la elaboración de este tipo de productos no es algo de extrañar. Esto hace comprensible que cada vez más aparezcan en el mercado productos entre los cuales aparece entre sus componentes el de la mano de buda: jabones, geles de baño, champús, cremas faciales, de manos y corporales y mascarillas para la piel y el cabello. Casi donde más sorprende por su resultado y sin embargo podría decirse que es su función originaria, es como ambientador.





Propiedades medicinales de la mano de buda.





Se pueden enumerar una serie de beneficios que proporciona esta cidra en el alivio y curación de determinadas dolencias o enfermedades:





  • Es un antiinflamatorio natural. Reduce el dolor en general, en las articulaciones del cuerpo y en los esguinces. También alivia los dolores provocados por cortes quirúrgicos, heridas y contusiones. Esto se debe a la acción de su contenido en bergapteno, diosmina, limonina y cumarina, compuestos orgánicos con propiedades antiinflamatorias.
  • Eficaz contra las enfermedades respiratorias. El motivo por el que favorece la respiración es debido a un componente que posee de tipo alcohólico suave que actúa como vasodilatador además de poseer propiedades como antitusivo y expectorante y eliminar la mucosidad que se deposita en la faringe y en los bronquios. Igualmente la hace eficaz para controlar ataques asmáticos y mejorarlos.
  • Propiedades gastrointestinales. Ayuda a tener una buena digestión, y por sus propiedades antiinflamatorias reduce la inflamación en el intestino y el estómago. Otra de las cualidades es que aumenta la absorción de nutrientes en el intestino, lo que ayuda a la fibra al paso de los alimentos a través del colon. Combate cólicos y diarreas y aminora el dolor en los casos que se presente por estas circunstancias.
  • Mejora el sistema inmunológico. La mano de buda por su contenido en vitamina C presente en todos los cítricos actúa sobre el sistema inmunológico reforzando las defensas, evitando las infecciones y fortaleciendo el organismo frente a microbios que puedan afectar al cuerpo provocando resfriados y catarros.
  • Combate el dolor premenstrual. Sus propiedades calmantes sobre los músculos abdominales inferiores reducen el dolor durante el ciclo menstrual a la vez que reduce el sangrado del mismo. Regula la presión arterial. Facilita el flujo de la sangre debido a su efecto vasodilatador, esto hace que igualmente se reduzcan los niveles de colesterol, evitando la acumulación de grasas en las arterias. Es por todo ello que disminuye el riesgo de sufrir accidentes cardiovasculares.
  • Efectos antioxidantes. Esta propiedad permite retrasar y disminuir el envejecimiento de la piel y protege la epidermis de la acción provocada por los radicales libres. También le proporciona elasticidad y brillo por su influencia en las células que forman la piel.
  • En cuanto a su composición nos encontramos que está formada por una cantidad importante de vitamina C, fibra y calcio. No contiene apenas azúcares, ni proteínas, ni hidratos de carbono y tampoco grasa. Esto lo convierte en un alimento saludable. Su aporte calórico también es bajo.




La mano de buda como árbol de jardín.





Tener un árbol mano de buda en el patio o jardín es una delicia para el sentido del olfato, ya que su fragancia tan intensa proporciona bienestar. Además se pueden aprovechar sus frutos por sus cualidades culinarias y medicinales. Es un pequeño o árbol frutal, o mejor decir incluso que un arbusto. Su nombre científico es Citrus medica var. sarcodactylys. Su altura puede alcanzar hasta los 5 metros como máximo, de ramas largas y cubiertas de espinas. Sus hojas suelen tener el tamaño de entre 10 y 15 centímetros. Es un árbol perennifolio o siempreverde, ya que durante todo el años conserva su follaje.





Durante la primavera brotan las flores, blancas y en grupos, con intenso aroma, que posteriormente dan lugar a su forma tan peculiar una vez madurado su fruto. Se puede adquirir en viveros, incluso de forma online. El tamaño, precio y la edad del arbusto condicionará el tipo de ejemplar que se adquiere. Dependiendo de todo esto nos podemos encontrar con precios que van desde los 15 euros a los 200 (dependiendo del tamaño que tenga el árbol ). Comprar un ejemplar más joven y cuidarlo es quizás una solución más factible si se piensa en cultivar uno en el jardín o en el patio, ya que no es un cítrico que necesite un mantenimiento exigente para su crecimiento.





Se debe elegir una ubicación al exterior, ya sea en semisombra o pleno sol, y proporcionarle un sustrato con un buen drenaje y rico en materia orgánica. Se puede tener en maceta, aconsejándose en este caso trasplantarla o cambiarla cada dos años para facilitar su crecimiento. Debe de hacerse en primavera. En cuanto al riego hay que evitar su encharcamiento, En verano es necesario regarlo 3 o 4 veces a la semana, mientras que en otras épocas es suficiente con hacerlo cada 5 o 7 días. Su abono dependerá de si crece en maceta o no, en este caso el abono debe ser líquido. En suelo es más aconsejable el uso de abono orgánico (guano y estiércol, por ejemplo) y debe realizarse en ambos casos desde la primavera hasta el comienzo del otoño.





Soporta bien el frio templado y las heladas que no superen los -2 grados centígrados de temperatura. Al no estar exento de de contraer plagas lo mejor es tratarlas con los remedios existentes para los limoneros, ya que le atacan las mismas. El insecto minador, pulgones, cochinillas algodonosas y la llamada araña roja suelen ser las más frecuentes. Para todo esto existen remedios en el mercado aunque lo mejor es informarse sobre insecticidas naturales para conservar un fruto ecológico.





Otras veces, el problema surge por un cuidado inadecuado del arbusto. Si las hojas están amarillas es por falta de hierro y se remedia con suministrarle abono rico en este mineral. En caso de que estén muy verdes es por exceso de agua y hay que disminuir su frecuencia. Si pierden color es debido a que necesitan más luz y una ubicación más luminosa. Las hojas tienen una vida limitada y caen conforme le van saliendo nuevas, pero también puede ocurrir por corrientes de aire y cambios bruscos de temperatura.





Si se observa que el árbol no crece es debido a que sus raíces no tienen espacio, siendo necesario trasplantarla a una maceta de mayores dimensiones, siempre durante la primavera y proporcionarle abono.





Aunque no se tenga este arbusto en casa no es motivo para renunciar a sus propiedades. Es extraño encontrarlos en fruterías y supermercados, pero se pueden adquirir mediante compra online a un precio que oscila entre 10 y 15 euros/ kilogramo. Su conservación a temperatura ambiente puede durar hasta dos semanas. Se puede guardar en frigorífico durante algunas semanas más e incluso congelarlo. Para elegir un buen producto debe de apreciarse que su piel luzca fresca y brillante, sin partes blandas o deterioradas porque eso indicaría que lleva demasiado tiempo almacenada.



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